Este volumen contiene el arco más memorable del anime: aquel en el que el protagonista, Satou, viaja con su senpai del instituto, Hitomi, a una isla privada para lo que él cree que se trata de unas vacaciones cortas, y la narración se convierte en una comedia negra brillante. Pero el anime divergió de manera significativa del material de origen de una manera que cambió el tono de la historia.
Los personajes se muestran como auténticos cabrones. El colega de Satou, Yamazaki, lo presiona para escribir una escena para el videojuego erótico que están desarrollando, y que incluye, de todas las cosas, la violación de una menor. Me fascina que hayan publicado esta historia. La mente de Satou se resiste de manera heroica; su “terapeuta”, Misaki, se ha convertido en su musa, y no aguanta imaginar esa escena. Pero el cabrón de Yamazaki le recuerda que las mujeres son despreciables. De niño, la chica de la que se enamoró lo engañó para salir con otro, y se agarrará a esa amargura para siempre. Guía a Satou hasta que consigue escribir la mayor parte del borrador de la escena de la violación, pero antes de acabarla, Yamazaki recibe una llamada: la chica que le gusta ahora quiere salir con él esa noche, así que Yamazaki se olvida por un rato de la falta de valor de las mujeres. Es el nice guy arquetípico: sonreirá todo el rato a la chica que se quiera tirar, pero si ella lo rechaza, él considerará que la chica le debía una relación, y hará que se arrepienta regodeándose en fantasías en las que la violará.
Mientras, la senpai de Satou pasa una mala época. Su novio mayor, el ejecutivo de una compañía, apenas tiene tiempo para ella. La naturaleza esquizotípica de la chica la impide encajar en algún sitio, y tomarse sobredosis de ansiolíticos y narcóticos ha dejado de solucionarlo. Hitomi visita a Satou en mitad de la noche y la ocupan bebiendo. A la mañana siguiente, Satou quiere poner una sonrisa en la cara de Hitomi, y le ofrece viajar a algún sitio. La chica se alegra; cree que Satou ha leído la hoja impresa que había traído sobre la reunión de los usuarios de un foro, a la que había decidido atender, y ahora irá con su viejo amigo.
Desde aquí vienen los mayores cambios con respecto al anime. <spoiler>Allá, el ejecutivo de la compañía aparece como un personaje desarrollado. Cuando descubre que su novia ha viajado a una isla privada para suicidarse, se reúne con Misaki y Yamazaki para viajar juntos a la isla y salvarlos. Tras algunos momentos de comedia negra en los que quienes pretendían suicidarse cambian de opinión, y el que había venido confundido se percata de que le convendría morirse, los rescatadores ganan y todos salen de la isla vivos. Ésta es la secuencia en el anime. Aparte del final de la serie, quizá mi momento favorito</spoiler>.
El manga lo trata de manera muy diferente. <spoiler>El ejecutivo de la compañía falta por completo. Misaki encuentra la hoja impresa sobre la reunión del foro, y junto a Yamazaki corren hacia el lugar de reunión. O eso cree Misaki. Yamazaki le sonsaca que se ha apegado tanto a Satou porque en él ha encontrado por fin a alguien más despreciable que ella, así que a través de salvarlo quizá podría salvarse a sí misma. Yamazaki ha grabado la confesión y pretende usarla de inspiración para una escena de su videojuego erótico. Resulta que no se dirigían al punto de reunión. Después de todo, argumenta, Satou no conseguiría suicidarse. La gente como él no podían ganar de esas maneras dramáticas. Se achantaría, y al final moriría de algún modo ridículo</spoiler>.
<spoiler>En la isla, Hitomi abusa las drogas de manera descontrolada. Está colocada todo el rato, apenas consciente. Cuando los miembros de la reunión deciden cancelar el suicidio grupal, Satou argumenta de manera convincente que su vida carece de valor y que le convendría matarse ahí mismo. Intenta morir por inhalación de monóxido de carbono, pero cuando desfallece, los demás lo arrastran fuera de la isla. Ahora que el novio de Hitomi le ha propuesto casarse, ella se olvida deprisa de Satou</spoiler>.
Este anticlímax encaja mejor que la versión del anime, pero no sé si la prefiero. Aun así, el manga honra mejor ese tono de “tocar fondo siendo un japonés de unos veintitantos que carece de futuro”.